El artista creador se manifiesta de forma evidente tanto en lo ínfimo como en lo grande; no reconoce que pueda haber algo despreciable, ya que detrás de ello brilla el bello espíritu de lo creado, y lo vil recibe una elevada expresión porque ha pasado por el purgatorio del alma. El arte para el hombre encierra la insinuación del paraíso celestial y solo por ello está por encima de todo. ¡Y cuán más por encima está aún la superioridad del triunfo de la paz frente al desasosiego! ¡Cuánto más elevada es la creación frente a la destrucción! ¡Cuánta más solemnidad tiene el Ángel provisto de inocencia frente a todas las fuerzas y arrogantes pasiones de Satanás! ¡Tanto más elevados es el espíritu creador del arte! ¡Sacrifícalo todo por él y ámalo con todas las fuerzas de tu alma! ¡No con la pasión que resuma concupiscencia sino con pasión celestial! Sin esa pasión, el hombre no es capaz de despegar del suelo y no puede producir la melodía de la serenidad. Pues la elevada creación que otorga el arte desciende para reconciliarnos y serenarnos. No puede albergar enojo en el alma, porque con su sonora plegaria eternamente está tendiendo hacia Dios.
Nikolái Gógol. El retrato.